Plumas negras/Cap 4/ Ángel
Me desperté por un fuerte ruido. Eran las 3 de la mañana. Unai estaba dormido hacía ya unas horas. Me levanté de la cama a ver lo que pasaba. Fuí hacia el salón, donde se encontraban las ventanas abiertas de par en par haciendo un enorme estruendo contra la pared. Las cerré. Una fuerte tormenta estaba azotando la playa. Pero de pronto, algo pasó muy rápidamente tras la ventana. No lo pude distinguir, pero no estaba solo.
Pasaban miles a gran velocidad, y de repente esta, se abrió.
Ahora todo quedó en silencio, y el fuerte viento de la playa inundaba el salón revolviéndolo todo.
-¿Unai?
Algo entró y me agarró por detrás con gran fuerza.
-¡Unai!¡Socorro!
No sé que pasó, pero mis pies ya no tocaban el suelo, y alguien me sotenía...¡Era Unai!
Tenía alas,¡era un ángel! Le abracé contenta, pero me apartó. Tenía unas enormes alas negras que resplandecían en la oscuridad.
Pero, Unai estaba diferente... ya no tenía ese rostro angelical. Me mostró unos enormes colmillos blancos, y sus ojos, se volvieron rojos.
-¡No!
Me desperté empapada en sudor. Estaba temblando.
-¡Unai!-Grité asustada.
Él vino corriendo y me abrazó.
-¿Qué te pasa Luna?
-Una pesadilla.
-¿Qué viste?
-Un montón de sombras venían a por mí, y luego tú me cogiste y tenías colmillos, y tus ojos...¡Eran rojos!
Él se quedó unos minutos en silencio mientras yo me tranquilizaba, pero no volvió a hablar en todo el día.
Pensé que, alomejor, una parte de mi sueño era verdad, por eso Unai estaba tan preocupado, pero lo que más me atormentaba era que se convirtiera en ese ser.
Al fín, por la noche me habló. Estábamos sentados en el porche, pues hoy había una preciosa luna llena que se reflejaba en el mar, y a su vez era acunada por las suaves olas.
-No me convertiré en eso que viste-dijo al fin,- pero ellos vendrán a por tí, y a mí me condenarán al peor de los infiernos. ¿Comprendes Luna? Cada vez que estamos a menos de un centímetro uno del otro, nos arriesgamos a que en menos de una milésima de segundo vengan los ejércitos del infierno. Por eso es mejor que mantengamos las distancias, no quiero que te hagan daño.
Me quedé dormida apoyada en su hombro antes de que pudiera añadir algo más. Tantas emociones juntas me jugaron una mala pasada y no me encontraba bien.
Esto, estaba siendo muy duro para mí, no obstante,nunca me pensaba separar de él.
Pasaban miles a gran velocidad, y de repente esta, se abrió.
Ahora todo quedó en silencio, y el fuerte viento de la playa inundaba el salón revolviéndolo todo.
-¿Unai?
Algo entró y me agarró por detrás con gran fuerza.
-¡Unai!¡Socorro!
No sé que pasó, pero mis pies ya no tocaban el suelo, y alguien me sotenía...¡Era Unai!
Tenía alas,¡era un ángel! Le abracé contenta, pero me apartó. Tenía unas enormes alas negras que resplandecían en la oscuridad.
Pero, Unai estaba diferente... ya no tenía ese rostro angelical. Me mostró unos enormes colmillos blancos, y sus ojos, se volvieron rojos.
-¡No!
Me desperté empapada en sudor. Estaba temblando.
-¡Unai!-Grité asustada.
Él vino corriendo y me abrazó.
-¿Qué te pasa Luna?
-Una pesadilla.
-¿Qué viste?
-Un montón de sombras venían a por mí, y luego tú me cogiste y tenías colmillos, y tus ojos...¡Eran rojos!
Él se quedó unos minutos en silencio mientras yo me tranquilizaba, pero no volvió a hablar en todo el día.
Pensé que, alomejor, una parte de mi sueño era verdad, por eso Unai estaba tan preocupado, pero lo que más me atormentaba era que se convirtiera en ese ser.
Al fín, por la noche me habló. Estábamos sentados en el porche, pues hoy había una preciosa luna llena que se reflejaba en el mar, y a su vez era acunada por las suaves olas.
-No me convertiré en eso que viste-dijo al fin,- pero ellos vendrán a por tí, y a mí me condenarán al peor de los infiernos. ¿Comprendes Luna? Cada vez que estamos a menos de un centímetro uno del otro, nos arriesgamos a que en menos de una milésima de segundo vengan los ejércitos del infierno. Por eso es mejor que mantengamos las distancias, no quiero que te hagan daño.
Me quedé dormida apoyada en su hombro antes de que pudiera añadir algo más. Tantas emociones juntas me jugaron una mala pasada y no me encontraba bien.
Esto, estaba siendo muy duro para mí, no obstante,nunca me pensaba separar de él.
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