Plumas negras/cap 7/Siempre

-Luna. -Unai entró en mi habitación y se sentó en mi cama.
-¿Qué tal estas hoy?
-Bien, aunque me duele mucho la cabeza. -Él, sonrió.
-Te pasas el día enferma.
-Ya...-Suspiré.
-Luna, ha llegado el momento, me tengo que ir.
-¡No!
- Lo siento.- Salió corriendo del apartamento a la playa, y yo tras él.
-¡Unai!- Le agarré y le besé.
Nubes negras inundaron el cielo, y enormes rayos lo atravesaron. Él , me miró furioso.
-¿Por qué lo has hecho? ¡ Todo ha comenzado!
Unai desplegó sus alas y se fue. Me dejó sola ante aquella tempestad.
Miles de sombras sobrevolaban el cielo enfadadas, y comenzó a llover. Yo no sabía qué hacer, aunque corriera me cogerían, así que me quedé quieta para afrontar lo que me esperaba.
Eran ángeles negros y blancos, ambos volaban en círculos entre las nubes. Gritaban furiosos. Minutos después vinieron a por mí. Un ángel negro me golpeó la pierna, y esta, crujió. Grité desconsoladamente, me la había roto.
Otro ángel vino y me levantó por los aires. Tenía el mismo aspecto que Unai en mi sueño. Me lanzó lejos, me golpeé la cabeza con una roca y quedé inconsciente.
Al rato me desperté aturdida. Veía todo borroso. Unai se estaba enfrentando a ellos. Le estaban haciendo daño, y yo no podía soportar verlo.
Yo gritaba para que pararan, pero ninguno oía mi sufrimiento. Un ángel se acercó a mi , y me atravesó el estómago con su lanza.
-¡No! ¡Luna! - Gritó Unai desesperado. Me tomó entre sus brazos llorando y me envolvió entre sus suaves alas negras.

-Quiero una eternidad a tu lado Unai. -Susurré con mis últimas fuerzas.
-Luna, ¡ te quiero! - Gritó con furia al cielo.
De nosotros salió un resplandor, y todos los ángeles se apartaron. El cielo se abrió, y yo , abrí los ojos.
-Luna - dijo Unai sonriendo-mira en tu espalda. Ahora yo lucía unas grandes y brillantes alas blancas. 
-¡Unai! ¡Tus alas! ¡Son blancas! - Nos abrazamos dulcemente y Unai, me besó.
Del cielo cayó un pergamino, igual que el que Unai me enseñó anteriormente. 
´´Han sido admitidos en el cielo. Disfruten de su estancia.``
Era nuestro pasaporte al cielo, hacia nuestra nueva vida juntos. 
-Ya tienes lo que querías, una eternidad a mi lado.
-Para siempre. -Sonreí.
-Para siempre.

                                         Fin